Leer y conversar con los más chicos:
construir los cimientos de la lectura y la escritura
Desde sus primeros meses de vida, los chicos aprenden la lengua materna a partir de las conversaciones que escuchan y en las que participan. Por eso, estimular el lenguaje oral en casa es clave para que aprendan nuevas palabras y se preparen para leer y escribir.

Conversar con los chicos desde muy chiquitos –incluso cuando ellos solo nos responden con gestos, balbuceos o sonrisas- es una práctica ideal para su desarrollo y aprendizaje. Por eso, siempre que podamos, es fundamental:
- conversar sobre las rutinas diarias de los chicos,
- charlar con ellos mientras jugamos,
- hacerlo a partir de la lectura de cuentos y otros tipos de textos.
En general, todas las experiencias de intercambios orales son importantes. Sin embargo, las llamadas conversaciones descontextualizadas son fundamentales para el desarrollo de los chicos. ¿En qué consisten?
Las conversaciones descontextualizadas son las que surgen de compartir un recuerdo de familia, hablar sobre lo que hicimos durante el día o a partir de la lectura de un cuento. En particular, compartir narraciones orales y lecturas abre el juego para “levantar el vuelo de las conversaciones”.
Cuando los chicos conversan a partir de una lectura compartida aprenden a comprender y “representar en su mente” las situaciones que se van narrando.
Por eso, compartir lecturas es una de las actividades más ricas para los chicos: tanto por todo el potencial que tienen para su aprendizaje como por el encuentro afectivo de esos momentos que, sin dudas, dejan huella.
Aprovechá los libros de la biblioteca infantil disponible en RRHH y llevalos a tu casa. Junto con los chicos pueden:
- hablar sobre los sentimientos que surgieron a partir de la lectura,
- compartir sus impresiones sobre las decisiones que tomaron los personajes,
- imaginar cómo actuaríamos en lugar de ellos,
- releer las partes que más nos gustaron.
- conversar sobre las ilustraciones.